domingo, 18 de marzo de 2007


Sosiego




Sin poder entender que eso inundara
mi vida cotidiana con la misma contundencia con que antes
paseabas de mi mano o comías de mi plato. Como no puede comprenderse
toda disipación de lo que es, pero nos vamos
resignando. Hay un resto que nos queda por perder,
más caudaloso cada vez, cada vez más rebelde y enojado.
Y ahora lo sé: todas las cosas que no tienen fin
se limitan en las que sí lo tienen. Es infinito lo que va a morir
sin descubrirse, el llanto con que sueño, como una catarata
que por saberse duradera encuentre
sosiego en el descenso.

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